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Nuestros secretos para

SOBREVIVIR 

A UN ERASMUS

EXPERIENCIA PERSONAL

DE UNA LEMONS DE ERASMUS

CULTURAL SHOCK

COMO SOBREVIVIR A ELLO

QUE SE APRENDE EN REALIDAD

MÁS ALLÁ DE LA FIESTA ¡hay un mundo pOR descubrir!

Mi nombre es Judit Bastida

Para los que no me conozcáis, podéis saber un poco más sobre mí aquí. Decidí emprender esta ventura llamada erasmus para finalizar mis estudios de Ingeniería de Telecomunicaciones, con especialización en Telemática, o lo que es lo mismo, Redes y Protocolos de Telecomunicación.

ERASMUS EBOOK

Estamos pensando en escribir un ebook con toooooooooooodo lo aprendido. ¿Qué os parecería?. Incluyendo recetas fáciles y rápidas, tips para organizarte cuando vas a vivir a otro país, trucos para comer lemons cuando viajas, ahorrar y no desperdiciar.... ¡Hemos preparado una encuesta para todos los que estéis interesados!

 

LINK HACER ENCUESTA Y RECIBIR TODA LA INFO

Prólogo

Mi último año ha sido un no parar. Entre prácticas, overbooking de asignaturas de la uni, Lemons y la vida en general.

 

Siempre había querido vivir una experiencia internacional, desde bien pequeña, cuando mi primo Eduard me dijo una noche de Reyes que me fuera, que no me lo pensara, que cuando me tocara debía hacerlo. Entonces mis mejores amigas se fueron de Erasmus, y la ilusión que veía en sus ojos cuando me hablaban de lo bien que se lo habían pasado y la luz en sus palabras hacían ponerme los pelos de punta. Y nunca, nunca, faltaba esa recomendación final: Si puedes no lo desaproveches… ¡Vete!

Así que lo pedí. Singapur. Porque ya que me iba, me iba lejos.

Pero en un año cambian muchas cosas y, por falta de becas, vi que mis sueños asiáticos se desvanecían.

Pero la vida continuaba. Ese verano entré de becaria en una gran empresa, con muchas oportunidades, y muy buen nombre: Cellnex Telecom.

El Erasmus ya no era una prioridad. Estaba muy bien en Barcelona. Mis amigos, mi familia, Lemons prosperando, mi carrera, mis prácticas, el buen tiempo, el amor…

Entonces volvió a empezar el curso. Y todo iba bien, hasta que la presión académica empezó a subir. Además, cada vez nos surgían más oportunidades Lemons que no podíamos desaprovechar: ¡La tele! Algunas entrevistas en la radio, las nuevas #LemonsBOX “Otoño-Invierno”, los Talleres Online… y cada día dedicaba más de medio de día a trabajar en Cellnex… ¡Imaginad lo llenos que estaban mis días! Un no parar. Decidí abandonar las prácticas, con esperanzas de volver cuando estuviera más relajada. Aun así el nuevo 2017 se presentaba lleno de exámenes para los que no había tenido tiempo de estudiar. Conseguí aprobar el 90% de los créditos, sacrificando horas que debería haber dedicado a Lemons, y horas que debería haberme dedicado a mí.

Ese momento dulce por la satisfacción por todo lo conseguido y amargo por todo lo sufrido, plantó una semilla de la que finalmente crecería un roble muy sano.  Decidí que ya era hora de hacer un cambio. Era hora de tomar una decisión quizás algo egoísta, pero que me aportara mucho. A todos los niveles. El Erasmus nunca debía haber sido algo a lo que me planteara renunciar. Y nunca es demasiado tarde para hacer algo. Pero nunca es tarde para cambiar de vida.

 

1er paso:  UNI.

Dos asignaturas de seis créditos y el Proyecto de Final de Grado. Eso es lo que falta para acabar la carrera. Y lo único que puedo hacer fuera es el proyecto. Por lo tanto, solicité hacer las asignaturas a distancia.

Concedido.

 

2ndo paso: Destino.

Budapest. Por alguna razón seguía libre. Y la universidad de destino me aceptó rápidamente. Budapesti Műszaki és Gazdaságtudományi Egyetem allí voy.

 

3er paso: Financiación.

Las prácticas habían dado sus frutos, así que mis ahorros eras suficientes para cubrir mi estancia en Hungría durante 6 meses. Sabía que no podía permitirme grandes lujos, pero es un país donde la vida es barata y sabía que no iba a sufrir. Beca Erasmus: solicitada.

 

Papá, Mamá… Me voy. – ¿Estás segura? Te echaremos mucho de menos. -

 

Piso: -¿Dónde voy a vivir? … -Piso céntrico de última hora, en el barrio con más ambiente. Compartido por diferentes nacionalidades. Conseguido.

 

Lemons a distancia… ¿Lo pasaremos mal? Todo un reto por el que merece la pena esforzarse.

 

Despedidas. Maletas, muchas maletas. Más despedidas. Miedos de última hora. Nervios por doquier. Felicidad absoluta por lo que está por venir.

 

Este es mi momento.

 

Y entonces, ya está todo hecho. En menos de tres semanas lo has conseguido. Te has movido mucho. No has parado. Pero es aquí, en este momento de calma, cuando no lo tienes del todo asumido: te das cuenta que estás en el avión. Dirección Hungría. Con un mundo nuevo a tus pies. Un mundo lleno de aventuras fantásticas, personas maravillosas, y momentos inolvidables.

 

Prólogo
sin ingredientes en el Supermercado

Cóctel de Sensaciones

Señoras y Señores, les informamos que hemos llegado a Budapest. Este domingo 29 de Enero, 12:55 hora local. La temperatura es de -12ºC y se espera un día soleado.

 

Sin finger y a -12ºC. Está todo nevado. Todo es muy viejo. La gente muy poco amable.

¿Qué hago aquí?

Por fin llegan mis maletas facturadas. Voy a coger un taxi porque con lo cargada que voy, no quiero aventurarme a perderme.

Primera persona en un nuevo país. El taxista. Sus únicas palabras fueron: ¿Cash or Card? ¿Euros o Florines? ¿Dónde te dejo?

Porque en Hungría no tienen euros. La moneda local son los Florines (HUF).

El trayecto, de una media hora aproximadamente, es suficiente para observar lo viejo y frío que parece todo. Lo sucios que están los edificios y lo triste que parece la gente. A medida que nos acercamos al centro, todo mejora un poco más, hay calles muy bonitas y hay más color. A pesar de la blanca nieve que tiñe las aceras.

Me deja en la puerta de mi nuevo hogar. Al inicio de la calle Akácfa, entre un restaurante Húngaro y un pub un tanto tétrico. Me abren mis futuras compañeras de piso. Es un edificio muy distinto a los edificios de España, muy viejo, y no muy cuidado. El ascensor es rarísimo. Luego me dijeron que estaba funcionando des del año 1945, y que como no se había estropeado, ¿Porque iban a cambiarlo?

 

Conozco a Bérénice y a Helen, mis compañeras de piso. Francesas. Me muestran mi nueva habitación. ¡Es gigante! Preciosa, con cama doble, estudio, espejo, butaca… 20m2 sólo para mí. No puedo creerlo. Y por 300€ al mes.

 

Me instalo mínimamente y me dirijo a conocer un poco más a las chicas con las que voy a vivir. Ha venido una amiga suya llamada Mathilde. Me han preparado creps para comer. Creps al estilo francés. Con jamón dulce y queso.

Lo primero que pienso es: ¡Madre mía! Que buena pinta tiene… ¡y que monas!

Luego me doy cuenta que no hay vegetales, que la harina no es integral, y que han usado mantequilla para cocinarlas. Lemons-Corazón roto. Obviamente me las como porque huelen estupendo, me muero de hambre, seguro que están buenas, y no es plan de empezar con “rarezas” y mal pie.

Nos vamos conociendo y me doy cuenta que las 3 son fantásticas. Me caen muy, muy bien.

 

Me tomo un rato para deshacer mis maletas, y hacer mía la habitación.

¡¡¡¡¡Estoy Aquí!!!!!

 

Después de unas cuantas partidas de cartas en casa de Mathilde, vamos todas juntas al súper. Ellas suelen comprar en Spar. Es el que está más cerca de casa.

No me he hecho lista, ni menú, ¡NADA! Improvisaremos y compraré lo básico e indispensable.

 

Estoy en shock… Todo está en húngaro. No hay nada en inglés. No tengo internet para poder mirar la traducción… fahéj, barna rizs, fekete bors, hagyma, kecskesajt, vízlágyító, olaj-, fekete csokoládé, darált fokhagyma… Me suena a chino, no encuentro a Helen ni a Bérénice, y solo tengo verduras en mi carrito, porque es lo único que reconozco. Y lo mejor: no se te ocurra pedir ayuda a un dependiente, porque casi ofendidos me responden: No English, todo seguido de un uso inmediato de su gran capacidad de desaparecer.

 

Finalmente me las arreglé para comprar cuscús integral (¡bio!), arroz integral, pasta integral, cebollas, pimientos, tomates, zanahorias, bebida vegetal de avena, huevos bio, pesto, patatas y poco más. Tuve suerte, porque la mayoría de cosas las cogí sin estar segura de lo que realmente quería.

No tienen garbanzos, solo alubias en conserva, de las que no soy muy fan.

¿Dónde están las demás legumbres? 

 

En mi maleta, por suerte, aparte de mucha ropa, había traído queso, jamón del bueno, y longanizas catalanas. Esa es toda la proteína que comí en dos semanas. Añadiendo un kebab y una hamburguesa que comí por ahí.

 

Es impresionante la mala pinta que tiene la carne en los supermercados húngaros. La presentan fatal, y caduca dos días después de comprarla.

No hay pescado, porque no hay mar. La oferta de pescado congelado es mínima, y los precios:

De-sor-bi-ta-dos.

Casi todos los congelados son procesados, harinosos y de dudosa procedencia.

 

Un día decidí comprar salmón congelado, 500gr por 5.000 HUF (casi 17€). Disgusting. Sabía a trucha, pero era naranja y ponía que era salmón. Me puse a pensar… Seguro que venía de algún tipo de piscifactoría random, y quizás la misma fábrica de empaque trataba con otros pescados, y se habían contaminado los sabores. Quizás era una raza un poco extraña, o quizás era realmente trucha teñida. No me lo pude acabar. Y un mes y medio después, los demás trozos del paquete siguen en mi congelador.

 

Finalmente encontré atún en conserva a buen precio en un supermercado algo lejano, y como sushi una vez al mes aproximadamente, aprovechando alguna visita u ocasión especial. Suele ser bastante caro y la calidad no es ni de largo la de los restaurantes de Barcelona. Tengo la opción de comprar atún en conserva, incluso en aceite de oliva, pero no hay caballa u otros pescados

 

Ese día cené de nuevo con las francesas, entre todas hicimos una quiche llena de verduras, huevos bio y champiñones. Cada una colaboraba con un par de ingredientes, y cocinamos entre las tres, mientras nos seguíamos conociendo. Ellas llevaban un semestre aquí, así que ya lo conocían todo.

Fuimos a  tomar algo a un pub llamado Szimpla. El pub más original que he visto jamás.

Es un must para todos los que visiten Budapest alguna vez en su vida. Lo pasé en grande.

 

El primer día fue todo un descubrimiento. En menos de 24 horas conocí alrededor de veinte personas de cuatro nacionalidades distintas: Francia, Italia, Bélgica y Alemania. He tenido el primer shock cultural en el supermercado, y he visitado mi primer Ruin Pub (y el más bonito).

 

Mañana empieza la Orientation Week en mi universidad. A descansar.

Cóctel de sensaciones

Orientation Week

La primera semana es lo más parecido a unas vacaciones que he experimentado nunca. Las vacaciones más divertidas de mi vida. En realidad, unos campamentos internacionales de verano. La ESN (Erasmus Student Association) se encargó de que nadie se sintiera solo y organizaron todo tipo de actividades: gincanas por toda la ciudad, fiestas nocturnas, tours por la universidad, una guía práctica para vivir en Budapest… e incluso organizaron workshops para ayudar a los estudiantes que habían llegado sin piso y para quién necesitara ayuda con temas burocráticos y papeleo, tanto del Erasmus como de la universidad. Fue un no parar y gracias a estas actividades empiezas a conocer a tooooooda la gente con la que vas a ir a clase, con los que vas a compartir viajes, los que te invitarán a casa y los que verás en todas las fiestas. En definitiva, todos con los que compartirás multitud de experiencias. El inconveniente de esta primera semana es que está muy enfocada al desfase y no hay descanso. Y el cuerpo necesita parar para seguir adelante.

 

Des del día 0, un erasmus sabe que lo bueno está empezando y también que se acaba en cinco meses. Es entonces cuando te das cuenta que empieza a nacer un sentimiento muy común entre los erasmus: FOMO. Fear of missing out (Miedo a perderte algo cuando no estás presente). Ese sentimiento de que tienes que estar allí, para no perdértelo, tienes que ir a ese sitio, porque dentro de nada no tendrás la oportunidad de volver a vivir esto tan magnífico que te está pasando.

Este sentimiento es súuuuper positivo, casi dejas de lado las redes sociales, solo usas el móvil con el propósito de ver a tus amigos, hacer un poco de “postureo” y, de vez en cuando, llamar a tus familiares. Sacar fotos de tooodo lo que visitas, y en mi caso hacer fotos de mis Lemons-Platos. Nunca había exprimido mi tiempo tanto hasta que sentí FOMO. Sinónimo de vivir la vida al máximo.  Porque no dices no a nada. Y todo lo que haces no es la mejor experiencia de la vida pero, por supuesto, al vivirlo todo puedes decir que ese día que fue tan tan TOP estuviste allí, lo disfrutaste, y lo recordarás el resto de tu vida. En general, el hecho de estar a -12ºC, y salir lo mismo que cuando es verano y tienes vacaciones, porque no te puedes quedar en casa, porque hay algo magnífico pasando fuera, eso es lo mejor de un Erasmus. Y dormir. Lo justo y necesario para volver a salir.

 

Pero el problema es que hay un momento en el que la falta de descanso, el salir mucho de fiesta y el comer rápido y no siempre Lemons, pasa factura. Empiezas a enfermar fácilmente (se refleja en constipados y mocos que no se van...), a querer dormir más de lo normal, y a encontrarte derrotado, obligando a decir que no a salir, a dejar pasar algún plan, a tomarte un tiempo para estar contigo y con tus flatmates, tranquilamente, en el calor de tu nuevo hogar.

 

Y es así como llega mi segunda semana en Budapest. Por causas relativamente conocidas, caigo enferma. ¡Y las clases estaban a punto de empezar! La gripe solo me permite ver como nieva des de la ventana de mi habitación. Leer. Leer mucho. Descansar. Gracias a los purés de verduras y al té verde con jengibre me sentía cada vez mejor. Y decidí que a partir de entonces saldría menos y más abrigada, y que estudiaría más.

Orientation Week
La alimentación de un Erasmus
Ser conservador

Conservación de la comida

 

Los trucos de las cantidades son útiles porque así no se desperdicia tanta comida. No caduca y te lo zampas todo. Y cuando se acaba vas reponiendo. El no desperdiciar comida es muy importante para la conservación del planeta y porque no es ético. Además, si tiras la comida, tiras el dinero.

 

Mis trucos favoritos para conservar mis alimentos en buen estado, a base de práctica:

  1. Comprar el pan, cortarlo, y congelarlo. Cuando vives solo, si no congelas el pan, se pone duro muy rápido. Si no lo cortas, una vez congelado, es imposible de cortar. Para consumirlo, ponerlo en la tostadora un instante y pa’ dentro.

  2. Congelar la carne. Por el mismo motivo que el pan. La carne dura muy poco y es de delicada conservación. Puedes dejar en la nevera lo que vayas a consumir ese mismo día, pero mejor no dejarla allí más de dos días. Una vez congelada, si quieres comerla, debes primero descongelarla, en el microondas con algo de agua templada, en modo descongelación. Si no, dejarla a temperatura ambiente una hora y media aproximadamente, dependiendo de la cantidad de carne a descongelar y el tipo de ésta. Si escoges la segunda opción, ponla en un bol y tápala con un plato.

  3. Si ves que las frutas se están echandoa perder, ¡Congélalas! (Sí, el congelador, es mi mejor amigo.) Quizás luego no estarán muy buenas descongeladas, pero serán perfectas para un batido de frutas bien fresco.

  4. Aprovechar espacio en la nevera sin dejar echar a perder nada.

    1. Fuera de la nevera: Huevos, fruta que no esté muy madura, patatas y cebollas.

    2. Dentro de la nevera: Verduras y cosas a medio usar (medio pepino, queso empezado, embutido... Las verduras en general mejor dentro que fuera, lácteos, bebida vegetal una vez abierta.

  5. Salsas caseras. ¡Espero que las probéis y uséis!

La alimentación de un Erasmus

 

Desayunos

 

Mi día a día a partir de entonces empezó a ser algo más rutinario, me obligué a levantarme a horas más decentes para aprovechar el día y hacer lo que había venido a hacer: ¡de todo!

 

Tengo que admitir que soy una de esas personas con una atracción magnética a la cama por las mañanas. Pero también tengo mucha fuerza de voluntad cuando me lo propongo.

 

En Barcelona casi siempre me hacía un café con leche de avena y una pizca de azúcar integral de caña. Aquí el café disponible es el típico que se hace en cafetera en los fogones. Mi italian flatmate se encargó de traer una buena cafetera. Es muy denso, y lento de hacer. Pero esta bueno. Muy bueno. Delicioso. La bebida vegetal de avena es caríííííísima, y el azúcar integral de caña, muy difícil de encontrar. Aun así no me puedo resistir, y aunque no cada día, de vez en cuando me deleito con mi café con leche de avena y azúcar. Los otros días tomo un té verde con menta y miel, o un chai latte.

Mis imprescindibles del desayuno:

  • Café: cualquier Spar tiene café molido bio. Algo caro pero un deleite.

  • Bebida vegetal de avena: Spar 799HUF (2,60€). Bio y sin azúcares. Rossman 399HUF (1,30€) Descubierta algo más tarde. Bio, sin azúcares, más cantidad de avena.

  • Azúcar integral de caña: Spar. Al lado de la sección bio. Palabra importante a buscar: BARNA = integral.

Otro drama fue el pan. En el supermercado solo hay pan prefabricado, súper procesado y sin sabor. Para todos aquellos que hayáis hecho el taller de desayunos saludables con pan, sabréis que no es lo más indicado. Así que empecé a desayunar a base de fruta o LemonsBowls. Traje chía de casa, y encontré ralladura de coco y frutos rojos congelados muy fácilmente en el supermercado. Los frutos secos también son fáciles de obtener y no tienen precios demasiado desorbitados.

También encontré algunos cereales bio con poco azúcar, y los días que tomaba café, los echaba en mi tazón. Sí, me encantan los cereales dentro del café. De hecho los cereales con bebida vegetal no me gustan, no me los comería nunca.

Por las tardes solía pasear tranquilamente por las calles, descubriendo lugares recónditos y disfrutando de las sorpresas de una ciudad nueva. Así fue como encontré una panadería especializada en panes de verdad. Hay de todos tipos, sin gluten, paleo, de centeno, de zanahoria con avena… ¡Una verdadera delicia cada uno de ellos! Se llama FREE! Pékség, en Dohani utca. (Empezamos clases de húngaro, ya sabemos que Barna es integral, Pékség es panadería y utca es calle).

 

Así que volví a desayunar tostadas con distintas combinaciones. Y, sobretodo, lo que más me salvaba los días que iba con prisas era mi ¡salsa de vegetales!

 

Receta: Un día en que uno no tenga prisa tritura dos tomates, una cebolla (mejor morada) y un diente de ajo. Se añade tanto aceite como uno prefiera, dependiendo de la textura deseada. Es una base magnífica que va bien con cualquier clase de embutido, queso, pescado en conserva, aguacate, o incluso ¡otros vegetales!

Sin duda es una muy buena manera de empezar el día, llena de energía y que te hará sentir capaz de superar cualquier reto. Incluso te da fuerzas para salir a la calle un duro día de invierno en Budapest, nevando, a -15ºC solo para ir a discutir algunas cuestiones poco relevantes con el supervisor de tu tesis. Comprobado (check).

 

Comidas y Cenas

 

Después de una larga mañana de estudio o trabajo, la comida es el momento de relax y premio energético necesario para afrontar la tarde. Tengo que admitir que después de cuatro años comiendo en la universidad con mi querido e inseparable tupper, el simple hecho de comer algo acabado de hacer cada medio día es un exquisito placer.

Así que podía escuchar mi cuerpo. Depende del día sentía que me apetecía más una ensalada, una #Berenpizza o algo más elaborado. Soy muy creativa y había días que me apetecía idear nuevas recetas con lo que tenía en la nevera. Pero no siempre disponía del tiempo necesario, ni de las ganas. Podía improvisar, porque si en algo se basa la vida de un estudiante de Erasmus es en eso. No planificar NADA. Y me encanta. Vivir el momento, sin pensar en el siguiente momento. Así lo disfrutas más. Nunca sabes que va a pasar esa noche, ni si vas a salir, o si vas a tener una tarde movidita. Incluso nunca sabes si vas a comer en casa, fuera, o en casa de alguien. Porque todos tus amigos están como tú. No tienen a su familia cerca, viven con gente que acaban de conocer y, a veces, por el simple hecho de no estar solo abres las puertas de tu casa a alguien que conoces solamente hace una semana, que quizás has conocido de fiesta o que quizás ni conoces, pero donde caben cinco caben diez. Y todo acaba en una improvisada FlatParty, juegos de cartas, o un intercambio de ideas, de culturas, de pensamientos y sentimientos. Es mágico.

 

Y podríais pensar que entonces "Comes fatal. Que como no planificas no tienes nada". ¿Pero a quien os habéis pensado que estáis leyendo? Lemons es mucho más que una filosofía. Es un estilo de vida. Y os diré mi truco, para poder vivir al estilo carpe diem y no morir de hambre-saludable en el intento.

 

Hay que tener siempre:

  • Hortalizas: pimiento rojo, un pimiento verde, un calabacín si es temporada, un pepino, tres o cuatro tomates, tres cebollas, tres zanahorias.

  • Fruta de temporada: siempre en casa par hidratar y ¡prevenir constipados! (y remedio antiresaca). Mis top frutas son las manzanas verdes (siempre tengo como mínimo dos), los kiwis y los frutos rojos.

  • Huevos bio - me costaron encontrarlos ¡pero al fin los encontré! y siempre están en mi nevera para salir de cualquier apuro.

  • Una o dos latas de atún, y si encuentras caballa, sardinas u otros pescados azules ¡más que mejor! Al ser una situación excepcional, el atún también sirve como complemento de cualquier plato.

  • Algo de pollo - al congelador. 

  • Aceite de oliva virgen extra - ¡del bueno! VALE LA PENA. 

  • Bebida vegetal, en mi caso me encanta la de avena, pero es cuestión de mirar y encontrar tu preferida (sin azúcares añadidos). y fruta de temporada.

  • Y siempre en la despensa: pasta integral, arroz integral, harina, y cuscús.

  • El embutido, para ocasiones especiales.

 

La LemonsBox es una gran ayuda también para cuando no sabes que hacer, cuando has organizado una cena en tu casa o te han invitado a un pícnic en el que compartir es la palabra estrella. Así te puedes inspirar en recetas fáciles o rápidas. Elaboradas, para llevar o para quedarte. Para la pareja, para los amigos o para ti.

Donde comprar en Budapest

¿Y dónde comprarlo todo en Budapest?

 

Sabía que muchos de mis mejores amigos aprovecharían la ocasión de visitar la bonita ciudad de Budapest mientras yo vivía allí. Mis padres tampoco faltarían, y posiblemente algún familiar. La verdad es que tenía planificada una ruta para todas estas visitas. Una ruta con lo indispensable para ver en Budapest. I como sabía que tendría que ir a estos sitios muuuuchas veces, decicí no ir a propósito hasta que llegara mi primera visita.

Mis padres.

La primera vez que su hija mayor se va de casa para un tiempo prolongado. A 15ºC negativos en una ciudad un tanto gris, todavía con secuelas comunistas y sin las sopas de la mama.

En menos de un mes de irme, los tenía allí. Conmigo. Abrazándome y besuqueándome. En realidad yo también los había echado de menos.

Pero con ellos traen el madrugar de nuevo. Desayuno a las 9 a.m. El sol nunca había brillado tanto des de mi llegada. Volví a casa rápidamente para cambiar mi chaqueta, busqué mis gafas de sol y me las plantifiqué. Vi por primera vez el cielo azul en mi nueva ciudad, paseando al lado del Danubio, abrazada a mis padres y mostrándoles el Parlamento. Muy de cuento. Hasta que empiezan a hacer de padres.

Te vemos muy delgada

¿Ya comes?

Tienes que cuidarte

¿Porque estas resfriada?

¿Ya Estudias?

¿Como va tu Trabajo de Final de Carrera?

¿Que tal tus amigos?

¿Porque no vuelves en Semana Santa?

Pero tengo que decir, que en ocasiones eso también se echa de menos.

En su último día conmigo, nos dirigimos a visitar el gran mercado de Budapest. Precioso. Y lleno de toooooooooooodo lo que no había encontrado antes. A precios mucho más bajos que en el supermercado, más oferta y sobretodo: ¡Carne con pitanza!

Me compraron de todo. Y si hubieran podido, hubieran trasladado el mercado a mi casa. El día siguiente me deleite con un buen solomillo al vino tinto con verduras al horno. ¡Y lo bien que me sentó!

 

Así fue como descubrí The Big market. La solución a todos tus problemas. De bolsillo o de apetito. Tooodas las verduras que no están en el súper. Semillas. Frutas. Tropicales, orientales y occidentales. Casi todo de origen español. Puro deleite.

 

Debajo del big market hay un Aldi, donde los precios también están muy bien. El aceite de oliva virgen extra está mucho mejor allí que en otros sitios. Al menos pagas una cantidad relativamente razonable. No como en Spar… a 13€ el litro… Los huevos están también muy bien de precio y siempre tienen huevos bio. Su sección bio tiene multitud de productos más lemons, como por ejemplo, pasta de espelta, semillas de chía, mijo, quinoa…

 

Spar es mucho más caro, pero tiene también sección bio, muy muy grande, y multitud de productos sin gluten, veganos, sin azúcares… Incluso ¡Paleo! Hungría es un país con muchos seguidores de este tipo de dieta.

 

Finalmente recomiendo también pasear por las calles y descubrir lo que puede ofrecer tu barrio. Porque cuando menos te lo esperas, encuentras tu panadería perfecta, con pan de verdad y masa madre. Free! Pékség es una panadería especializada en boulangerie sin gluten. Además tiene certificado kosher, que me contaron que es el sistema de control de calidad de los alimentos según las normas judías, un control de calidad bastante estricto, y que me sorprendió bastante.

 

Los supermercados CBA son los mejores para comprar productos de limpieza en general, porque ¡Son los más baratos!

Y hablando de droguerías… Ir de visita por las tiendas Müler si queréis comprar productos de cosmética bio, pero poneros una alarma, para cuantificar el tiempo que estas en la tienda… Son tiendas con multitud de oferta, suuuper estudiadas, para que pase el tiempo y quedes absorbido por la tienda. La verdad es que puedes encontrar de todo, y para todos los gustos. De comida hasta material de oficina, pasando por perfumes caros y bisutería barata. La sección bio esta genial, con todo tipo de precios y opciones. Tanto de cosmética, como de comida.

 

De pescadería no he encontrado ni una… es lo que más echo de menos… una buenas gambas de vez en cuando o un rape como el de la mama… Espero celebremos mi bienvenida con una buena paella ;)

 

PD: El traductor google es tu mejor amigo a la hora de ir a hacer la compra

¿Y dónde comprarlo todo en Budapest?

 

Sabía que muchos de mis mejores amigos aprovecharían la ocasión de visitar la bonita ciudad de Budapest mientras yo vivía allí. Mis padres tampoco faltarían, y posiblemente algún familiar. La verdad es que tenía planificada una ruta para todas estas visitas. Una ruta con lo indispensable para ver en Budapest. I como sabía que tendría que ir a estos sitios muuuuchas veces, decicí no ir a propósito hasta que llegara mi primera visita.

Mis padres.

La primera vez que su hija mayor se va de casa para un tiempo prolongado. A 15ºC negativos en una ciudad un tanto gris, todavía con secuelas comunistas y sin las sopas de la mama.

En menos de un mes de irme, los tenía allí. Conmigo. Abrazándome y besuqueándome. En realidad yo también los había echado de menos.

Pero con ellos traen el madrugar de nuevo. Desayuno a las 9 a.m. El sol nunca había brillado tanto des de mi llegada. Volví a casa rápidamente para cambiar mi chaqueta, busqué mis gafas de sol y me las plantifiqué. Vi por primera vez el cielo azul en mi nueva ciudad, paseando al lado del Danubio, abrazada a mis padres y mostrándoles el Parlamento. Muy de cuento. Hasta que empiezan a hacer de padres.

Te vemos muy delgada

¿Ya comes?

Tienes que cuidarte

¿Porque estas resfriada?

¿Ya Estudias?

¿Como va tu Trabajo de Final de Carrera?

¿Que tal tus amigos?

¿Porque no vuelves en Semana Santa?

Pero tengo que decir, que en ocasiones eso también se echa de menos.

En su último día conmigo, nos dirigimos a visitar el gran mercado de Budapest. Precioso. Y lleno de toooooooooooodo lo que no había encontrado antes. A precios mucho más bajos que en el supermercado, más oferta y sobretodo: ¡Carne con pitanza!

Me compraron de todo. Y si hubieran podido, hubieran trasladado el mercado a mi casa. El día siguiente me deleite con un buen solomillo al vino tinto con verduras al horno. ¡Y lo bien que me sentó!

 

Así fue como descubrí The Big market. La solución a todos tus problemas. De bolsillo o de apetito. Tooodas las verduras que no están en el súper. Semillas. Frutas. Tropicales, orientales y occidentales. Casi todo de origen español. Puro deleite.

 

Debajo del big market hay un Aldi, donde los precios también están muy bien. El aceite de oliva virgen extra está mucho mejor allí que en otros sitios. Al menos pagas una cantidad relativamente razonable. No como en Spar… a 13€ el litro… Los huevos están también muy bien de precio y siempre tienen huevos bio. Su sección bio tiene multitud de productos más lemons, como por ejemplo, pasta de espelta, semillas de chía, mijo, quinoa…

 

Spar es mucho más caro, pero tiene también sección bio, muy muy grande, y multitud de productos sin gluten, veganos, sin azúcares… Incluso ¡Paleo! Hungría es un país con muchos seguidores de este tipo de dieta.

 

Finalmente recomiendo también pasear por las calles y descubrir lo que puede ofrecer tu barrio. Porque cuando menos te lo esperas, encuentras tu panadería perfecta, con pan de verdad y masa madre. Free! Pékség es una panadería especializada en boulangerie sin gluten. Además tiene certificado kosher, que me contaron que es el sistema de control de calidad de los alimentos según las normas judías, un control de calidad bastante estricto, y que me sorprendió bastante.

 

Los supermercados CBA son los mejores para comprar productos de limpieza en general, porque ¡Son los más baratos!

Y hablando de droguerías… Ir de visita por las tiendas Müler si queréis comprar productos de cosmética bio, pero poneros una alarma, para cuantificar el tiempo que estas en la tienda… Son tiendas con multitud de oferta, suuuper estudiadas, para que pase el tiempo y quedes absorbido por la tienda. La verdad es que puedes encontrar de todo, y para todos los gustos. De comida hasta material de oficina, pasando por perfumes caros y bisutería barata. La sección bio esta genial, con todo tipo de precios y opciones. Tanto de cosmética, como de comida.

 

De pescadería no he encontrado ni una… es lo que más echo de menos… una buenas gambas de vez en cuando o un rape como el de la mama… Espero celebremos mi bienvenida con una buena paella ;)

 

PD: El traductor google es tu mejor amigo a la hora de ir a hacer la compra

¿Y dónde comprarlo todo en Budapest?

 

Sabía que muchos de mis mejores amigos aprovecharían la ocasión de visitar la bonita ciudad de Budapest mientras yo vivía allí. Mis padres tampoco faltarían, y posiblemente algún familiar. La verdad es que tenía planificada una ruta para todas estas visitas. Una ruta con lo indispensable para ver en Budapest. I como sabía que tendría que ir a estos sitios muuuuchas veces, decicí no ir a propósito hasta que llegara mi primera visita.

Mis padres.

La primera vez que su hija mayor se va de casa para un tiempo prolongado. A 15ºC negativos en una ciudad un tanto gris, todavía con secuelas comunistas y sin las sopas de la mama.

En menos de un mes de irme, los tenía allí. Conmigo. Abrazándome y besuqueándome. En realidad yo también los había echado de menos.

Pero con ellos traen el madrugar de nuevo. Desayuno a las 9 a.m. El sol nunca había brillado tanto des de mi llegada. Volví a casa rápidamente para cambiar mi chaqueta, busqué mis gafas de sol y me las plantifiqué. Vi por primera vez el cielo azul en mi nueva ciudad, paseando al lado del Danubio, abrazada a mis padres y mostrándoles el Parlamento. Muy de cuento. Hasta que empiezan a hacer de padres.

Te vemos muy delgada

¿Ya comes?

Tienes que cuidarte

¿Porque estas resfriada?

¿Ya Estudias?

¿Como va tu Trabajo de Final de Carrera?

¿Que tal tus amigos?

¿Porque no vuelves en Semana Santa?

Pero tengo que decir, que en ocasiones eso también se echa de menos.

En su último día conmigo, nos dirigimos a visitar el gran mercado de Budapest. Precioso. Y lleno de toooooooooooodo lo que no había encontrado antes. A precios mucho más bajos que en el supermercado, más oferta y sobretodo: ¡Carne con pitanza!

Me compraron de todo. Y si hubieran podido, hubieran trasladado el mercado a mi casa. El día siguiente me deleite con un buen solomillo al vino tinto con verduras al horno. ¡Y lo bien que me sentó!

 

Así fue como descubrí The Big market. La solución a todos tus problemas. De bolsillo o de apetito. Tooodas las verduras que no están en el súper. Semillas. Frutas. Tropicales, orientales y occidentales. Casi todo de origen español. Puro deleite.

 

Debajo del big market hay un Aldi, donde los precios también están muy bien. El aceite de oliva virgen extra está mucho mejor allí que en otros sitios. Al menos pagas una cantidad relativamente razonable. No como en Spar… a 13€ el litro… Los huevos están también muy bien de precio y siempre tienen huevos bio. Su sección bio tiene multitud de productos más lemons, como por ejemplo, pasta de espelta, semillas de chía, mijo, quinoa…

 

Spar es mucho más caro, pero tiene también sección bio, muy muy grande, y multitud de productos sin gluten, veganos, sin azúcares… Incluso ¡Paleo! Hungría es un país con muchos seguidores de este tipo de dieta.

 

Finalmente recomiendo también pasear por las calles y descubrir lo que puede ofrecer tu barrio. Porque cuando menos te lo esperas, encuentras tu panadería perfecta, con pan de verdad y masa madre. Free! Pékség es una panadería especializada en boulangerie sin gluten. Además tiene certificado kosher, que me contaron que es el sistema de control de calidad de los alimentos según las normas judías, un control de calidad bastante estricto, y que me sorprendió bastante.

 

Los supermercados CBA son los mejores para comprar productos de limpieza en general, porque ¡Son los más baratos!

Y hablando de droguerías… Ir de visita por las tiendas Müler si queréis comprar productos de cosmética bio, pero poneros una alarma, para cuantificar el tiempo que estas en la tienda… Son tiendas con multitud de oferta, suuuper estudiadas, para que pase el tiempo y quedes absorbido por la tienda. La verdad es que puedes encontrar de todo, y para todos los gustos. De comida hasta material de oficina, pasando por perfumes caros y bisutería barata. La sección bio esta genial, con todo tipo de precios y opciones. Tanto de cosmética, como de comida.

 

De pescadería no he encontrado ni una… es lo que más echo de menos… una buenas gambas de vez en cuando o un rape como el de la mama… Espero celebremos mi bienvenida con una buena paella ;)

 

PD: El traductor google es tu mejor amigo a la hora de ir a hacer la compra

Tu nueva familia

Una de las cosas que más se echa de menos es la familia. Dejas de tener a alguien pendiente de que no te resfríes, de que tu habitación este ordenada, de que comas bien y en cantidad… y no siempre hay alguien para decirte buenas noches. En Barcelona vivía con mis padres, mi hermano y mi hermana.  Un caos de ruido y discusiones de ideas, nuestro caos particular pero siempre todo limpio, con la nevera llena y amor.

Por eso, a la que la emoción de las primeras semanas se diluye, empiezas a echar todas esas cosas de menos. Te das la oportunidad de crear tu propia familia des de 0, eligiendo a quien quieres en ella.

Así fue como poco a poco, mis compañeras de piso Bérénice y Helen se convirtieron en mi hogar. Compartir ideas, opiniones e intercambio de culturas, casi siempre alrededor de buena comida. Porque hemos socializado el hecho de alimentarnos. Cenar juntas es compartir algo, una excusa para conocernos más, estrechar lazos y reír. Que nunca falten las sonrisas.

A veces ninguna tenía nada para hacer la cena, y estábamos demasiado vagas o era demasiado tarde para ir a comprar. Pero lo bonito es que si yo ponía 1 cebolla y champiñones, Bérénice 4 huevos, y Helen pimientos, improvisábamos una Quiche. A veces a mi me apetecía cocinar para inventar nuevas recetas, así que les decía que no hicieran planes, y les enseñaba a mis nuevas pinches de cocina como hacerlo para cuando no estuviera allí. La verdad es que tuve mucha suerte con ellas, porque no todo el mundo es tan abierto, no todo el mundo le gusta comer plant based, y no siempre se conecta tanto.

Y lo mejor es que ellas me han enseñado también a mí. Platos franceses como el tián de legumes, croque-monsieur, degustaciones de quesos, quiches y crepes e incluso postres!

No siempre eran lemons, pero e aquí la oportunidad de versionar todas estas delicias ¡A lo lemons!

 

Después de que mis mejores amigos empezaran a saber de la existencia de Lemons empezamos a organizar diferentes tipos de cenas multitudinarias. Porque como más seremos, más reiremos. Y claro que sí. Cada ocasión mínimamente diferente era objeto de una cena casual.

Tengo el piso para mi solo

Hace 2 días que no nos vemos

Tengo que contaros tantas cosas que mejor cenamos.

¿Hoy cenamos?

Y en cada cena me sorprendía más. A la gente le gusta currárselo. Es una realidad. Nunca nadie trajo una pizza para hacer al horno. Y para todos los que pronto tengáis una cena en la que cada cual trae algo para los demás, o queráis cocinar para vuestros amigos, aquí os dejo el top 10 de los mejores platos, siempre lemons para llevar a este tipo de eventos:

-Patatas bravas con salsa casera

-Tortilla de patatas

-Ensalada de pasta, arroz, lentejas, garbanzos, cuscús o quinoa. Con más vegetales que otra cosa, las podéis encontrar en la #LemonsBOX.

-Tapas

-Ensalada verde, de lechuga, espinacas o caprese.

-Guacamole que nunca falla

-Fajitas deliciosas a base de lo que te apetezca

-Tabla de quesos, embutidos y crudités, el más gourmet

-Si sabes que todo el mundo trae comida, puedes traer bebida. Vino o cerveza están muy vistos ¿Que tal una buena limonada, un smoothie de frutas de temporada o macedonia?

-Postre: no puede faltar, y un pastel siempre es bienvenido, pero en verano unas buenas brochetas de frutas no dejaran a nadie indiferente.

Tu nueva familia

Una de las cosas que más se echa de menos es la familia. Dejas de tener a alguien pendiente de que no te resfríes, de que tu habitación este ordenada, de que comas bien y en cantidad… y no siempre hay alguien para decirte buenas noches. En Barcelona vivía con mis padres, mi hermano y mi hermana.  Un caos de ruido y discusiones de ideas, nuestro caos particular pero siempre todo limpio, con la nevera llena y amor.

Por eso, a la que la emoción de las primeras semanas se diluye, empiezas a echar todas esas cosas de menos. Te das la oportunidad de crear tu propia familia des de 0, eligiendo a quien quieres en ella.

Así fue como poco a poco, mis compañeras de piso Bérénice y Helen se convirtieron en mi hogar. Compartir ideas, opiniones e intercambio de culturas, casi siempre alrededor de buena comida. Porque hemos socializado el hecho de alimentarnos. Cenar juntas es compartir algo, una excusa para conocernos más, estrechar lazos y reír. Que nunca falten las sonrisas.

A veces ninguna tenía nada para hacer la cena, y estábamos demasiado vagas o era demasiado tarde para ir a comprar. Pero lo bonito es que si yo ponía 1 cebolla y champiñones, Bérénice 4 huevos, y Helen pimientos, improvisábamos una Quiche. A veces a mi me apetecía cocinar para inventar nuevas recetas, así que les decía que no hicieran planes, y les enseñaba a mis nuevas pinches de cocina como hacerlo para cuando no estuviera allí. La verdad es que tuve mucha suerte con ellas, porque no todo el mundo es tan abierto, no todo el mundo le gusta comer plant based, y no siempre se conecta tanto.

Y lo mejor es que ellas me han enseñado también a mí. Platos franceses como el tián de legumes, croque-monsieur, degustaciones de quesos, quiches y crepes e incluso postres!

No siempre eran lemons, pero e aquí la oportunidad de versionar todas estas delicias ¡A lo lemons!

 

Después de que mis mejores amigos empezaran a saber de la existencia de Lemons empezamos a organizar diferentes tipos de cenas multitudinarias. Porque como más seremos, más reiremos. Y claro que sí. Cada ocasión mínimamente diferente era objeto de una cena casual.

Tengo el piso para mi solo

Hace 2 días que no nos vemos

Tengo que contaros tantas cosas que mejor cenamos.

¿Hoy cenamos?

Y en cada cena me sorprendía más. A la gente le gusta currárselo. Es una realidad. Nunca nadie trajo una pizza para hacer al horno. Y para todos los que pronto tengáis una cena en la que cada cual trae algo para los demás, o queráis cocinar para vuestros amigos, aquí os dejo el top 10 de los mejores platos, siempre lemons para llevar a este tipo de eventos:

-Patatas bravas con salsa casera

-Tortilla de patatas

-Ensalada de pasta, arroz, lentejas, garbanzos, cuscús o quinoa. Con más vegetales que otra cosa, las podéis encontrar en la #LemonsBOX.

-Tapas

-Ensalada verde, de lechuga, espinacas o caprese.

-Guacamole que nunca falla

-Fajitas deliciosas a base de lo que te apetezca

-Tabla de quesos, embutidos y crudités, el más gourmet

-Si sabes que todo el mundo trae comida, puedes traer bebida. Vino o cerveza están muy vistos ¿Que tal una buena limonada, un smoothie de frutas de temporada o macedonia?

-Postre: no puede faltar, y un pastel siempre es bienvenido, pero en verano unas buenas brochetas de frutas no dejaran a nadie indiferente.

La nueva familia

#HealthyTapas

Montaditos internacionales

de patatas

Ingredientes

3 patatas grandecitas

6 tomates

2 cebollas

1 pimiento rojo 

1 zanahoria

1/2 pepino

1 aguacate

1/2 lima o limón

Queso brie

Salmón ahumado

germinados de cebolla

  1. Precalentar el horno a 200ºC

  2. Lavar muy muy bien las patatas, y cortarlas de manera que los trozos queden en forma circular.

  3. Poner papel vegetal en una bandeja de horno y barnizarlo con un poco de aceite de oliva virgen extra. Colocar las redondas de patata y sanozar con un poco de sal, pimienta, romero, y una pizquita de cúrcuma.

  4. Cocer durante unos 15-20 minutos, recomendamos echarle un ojo cada 10 minutos, porque cada horno es un mundo.

  5. Mientrastanto, lavar y cortar 3 tomates, 1/2 cebolla, 1/2 pimiento rojo y la zanahoria. Cocer en una sarten 10-15 minutos, y batirlo todo junto. Opcionalmente podemos añadir media c.p. de cayena en polvo. 

  6. Cortar a redondeles medio pepino y 1 o 2 tomates.

  7. Machacar el aguacate junto al jugo de medio limón, y añadir media cebolla  y medio tomate, ambos cortados pequeñitos.

Montadito Salsero:

-Una rodaja de patata - una capa de salsa - una rodaja de patata- una capa de salsa - una rodaja de patata - una rodaja de tomate - una rodaja de pepino - semillas y pimienta por encima.

 

Montadito Mejicano pescador:

-Una rodaja de patata - una rodaja de tomate - una capa de guacamole - un trocito de salmón ahumado- semillas  por encima.

 

Montadito Mejicano pescador extra:

-Una rodaja de patata - una capa de guacamole - una rodaja de tomate - un trocito de salmón ahumado - una rodaja de patata - una capa de guacamole - semillas y cayena por encima.

 

Montadito Pepino:

-Una rodaja de patata - una rodaja de tomate - una rodaja de patata - una rodaja de pepino - una rodaja de queso mozzarela - vinagre balsámico, semillas, mini trocitos de cebolla y germinados por encima.

 

Montadito Caprese:

-Una rodaja de patata - una rodaja de tomate - una rodaja de queso mozzarela - vinagre balsámico, semillas, mini trocitos de cebolla y germinados por encima.

 

Montadito Fransuá:

-Una rodaja de patata - una trocito de queso brie - copos de avena, semillas y germinados por encima.

 

 

¡Y el mejor montadito es el que se te ocurra a ti! ¡Sorprendenos!

Moverse y Descubrir

 

Empiezas a estar situada, establecida, encontrada, y en ocasiones todavía más perdida... Y te das cuenta que nunca has tenido tan cerca esa ciudad que siempre habías querido visitar, o esa otra que no tenías ni idea de que existía. Toca redescubrir la geografía que tanto tiempo llevaba sin estudiar.

Viviendo en Budapest, vivía a 2 horas en autobús de Bratislava y a 3 de Viena. Otras tres para ir al Zagreb y unas 4 y pico para ir a Belgrado. Los billetes de avión son de lo más baratos para ir a Polonia y Rumania, y Eslovenia también está a tiro de piedra.

 

Y algo que no haría normalmente es irme a otro país a las 6 de la mañana, a visitar su capital, y volver a dormir a mi dulce hogar. Porque hasta ahora, viajar era sinónimo de descansar, vacaciones, y desconectar. Algo muy excepcional y privilegiado, porque cuesta mucho dinero. Pero ahora he descubierto un nuevo concepto de viaje. Sin importar con quien ni cuándo. En autobús, tren o en vuelos muy muy baratos. Y si se puede. En un fin de semana largo, de jueves a domingo, se pueden hacer un millón y medio de cosas. Cero lujos, bajo presupuesto pero una inversión. Invertir en cultura, en expandir la mente, y en darte cuenta que el mundo es inmenso, precioso y diverso.

 

A veces planificados con antelación y a veces improvisados.

 

En mi tercer sábado de erasmus, cogí un autobús con gente desconocida, que propuso el delicioso plan de visitar Bratislava en un grupo de whatsapp, solo para Españoles. Porque somos así, nos encanta encontrarnos por el mundo. Después de conocer a mil nacionalidades, encontrar a alguien de tu mismo país, te alegra y te conecta. 

 

Gracias a ese grupo visité Gödöllő, y el palacio de verano de la emperatriz Sissi. Y conocí a Paula, Ana y Jandro, a quién me encontraria en toodos los sitios y haría gran multitud de cosas.  

Eger con la asociación de erasmus, una ciudad a la antigua a unas 2 horas de Budapest. Otro must-visit de Hungría es Visegrád, en una de las curvas del Danubio, con un castillo en una colina y vistas de lo más impresionantes. 

 

Y tener amigos esparcidos por el territorio, te facilita las cosas, porque su hospitalidad te permite viajar por mucho menos, y disfrutar ell viaje como si fueras un local.

Así fue como estuve unos días en Viena, en casa de mi amigo Samet, y en París, visitando unas de mis mejores amigas: Mariona.

Los siguientes viajes ya fueron algo más locos. En un total de 5 días fui a Varsovia con los americanos y a Cracovia conmigo misma.

 

Y casi sin planificar nada, a descubrir Croacia en coche, con mis mejores amigas del erasmus: Berenice, Helen, Mathilde y Chlöé. Zadar, Split, Hvar... 

 

Hungria, Eslovaquia, Austria, Polonia, Francia, Croacia. 6 países, 12 ciudades, descubiertas en 5 meses. No está mal. Nada mal. Y todo lo aprendido daría para 8 artículos. Porque cada país y cada frontera tiene su historia, sus particularidades, su comida, sus tradiciones, y lo que le da vida: su gente.

 

Y cuando uno viaja tanto hay que tener en cuenta un par trucos de lo más útiles que me hubiera encantado que alguien me dijera:

Equipaje

1. Ligero, llévate lo básico e indispensable. Porque no lo vas a usar. Y cada kilo de más pesa mucho.

2. Calzado cómodo, versátil, que sirvan para caminar pero también para ir a cenar o ir a tomar algo. 

3. Algo de abrigo. Sea verano o invierno, el típico suéter o chaquetilla te sacara de apuros. Y si es impermeable, todavía mejor. 

Organización

1. Bájate los mapas de la ciudad a la que vayas. Google maps siempre es buena opción, pero maps.me también funciona genial.

2. Mira si el país al que vas tiene otra divisa, y asegúrate de chequear las comisiones de tu banco, te ahorras sorpresas desagradables, y si hace falta, usa las casas de cambio, como más alejadas de sitios turísticos ¡Mucho mejor!

3.  Si viajas solo, algo de lectura será de agradecer, y/o una libreta para expresar tus pensamientos. Si viajas acompañado, hablad de lo que más os apetece hacer, el presupuesto, y mínimamente organizad los días, para que os de tiempo a ver y hacer ¡De todo!

Comida

Hay muchos tipos de viajeros, despreocupados, mega-organizados, despilfarradores o ratillas. Fiesteros y calmados. Tortugas y liebres. Pero todos tienen en común que tienen que comer. Y si prefieres ahorrarte los dolores de cabeza y de barriga debidos a los cambios de alimentación, acuérdate de la filosofía limonera:

1. Escoge los platos de la carta que más te apetezcan, pero si están llenos de color, ¡Mucho mejor! 

2. El supermercado es tu amigo. Te solucionara muchas cosas. De hecho también es una actividad turística, porque si vas al típico supermercado local, fuera de las calles más turísticas, te encuentras con la gente que compra su comida para seguir con su rutina diaria. La comida es algo muy cultural. Verás las verduras y frutas locales, y las importadas, artículos que quizás nunca habías visto y muchas cosas. Compra limones para empezar bien el día y darle sabor a tus botellas de agua. Empezar el día con agua con limón te ayudará a mantener tu tránsito, y a eliminar toxinas y añadir minerales.

3. Si estas en un Airbnb o en un hostal con cocina, hazte tus propios #LemonsBocadillos o #LemonsTuppers, para almorzar con vistas impagables a un precio ínfimo.  

 

La dieta mediterránea es de lo más saludable. Y no en todos los países comen tan equilibrado, así que prueba todas las delicias que tienen en cada sitio al que vayas, pero ten en cuenta que si no estas acostumbrado podrás sentirte mal. Los #LemonsDesayunos consistentes o piezas de fruta entre horas te ayudarán a mantener el ritmo y nada te podrá parar en la conquista de esta nueva ciudad, país, o continente.

ERASMUS EBOOK

¿Os están gustando los artículos del erasmus de Judit? Su erasmus en Budapest ya está llegando a su fin...😢 todo lo bueno se acaba, pero con muuuchos proyectos a la vuelta🔥😏 Estamos pensando en escribir un ebook con toooooooooooodo lo aprendido. ¿Qué os parecería?. Incluyendo recetas fáciles y rápidas, tips para organizarte cuando vas a vivir a otro país, trucos para comer lemons cuando viajas, ahorrar y no desperdiciar.... ¡Hemos preparado una encuesta para todos los que estéis interesados!

 

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